EL “METODO DE ORACION” DE SANTA
TERESA DE JESUS:
Dice Santa Teresa: “Es
llevar aquel que es nuestro Bien y Señor tan presente en mi interior como pueda
hacerlo”. En pocas palabras se trata de “estar con Él (Jesús)”.
Santa Teresa trata de representar a Jesús ante
si misma, re-actualizarlo en su interio; objetivar el contenido de su fe en
“este Jesús que me ama”: atraer a Jesús para “que sea Jesús quien se haga
presente en mi interior”.
Rezar es pues, ir directamente a Jesús para
dejarle entrar en el espacio de la propia interioridad, “en el íntimo de mi ser
“, de modo que solo me quede hablarle: “Hablar con el Amado que me ama” y tener
un trato de amistad con Él. Así, para Teresa, Jesús es el único y principal
acceso al “trato de amistad con Dios”: a través del Hijo conocemos y nos relacionamos
con el Padre-Dios.
Y Teresa nos plantea nuestra propia relación
con Dios, nos confronta con la realidad de nuestra relación con el “que nos
Ama”. Teresa nos ayuda a ver la necesidad de revivir nuestro en encuentro con
Jesús. Aquí vemos la actualidad de escuchar a Teresa de Avila; confrontar ahora
y aquí nuestra realidad concreta para leerla desde la presencia de Jesús en mí,
y al mismo tiempo, descubrirnos presente en la vida humana del que es el Amor
encarnado.
Solo nuestro encuentro íntimo con la persona
de Jesús (“Jesucristo presente dentro de mi”) nos permite el acceso a la
comunión con el Padre y con los hermanos. Si nos sentimos “posesión personal de
Dios” como su Pueblo elegido, podemos abarcar la humanidad redimida por el Hijo
y amar a cada persona, gracias a que el Amor encarnado habita en nosotros. “Jesucristo
presente en mi” es la expresión del misterio de la Encarnación del Verbo
Divino actualizado en cada persona y con la historia de la humanidad, que pasa
por la relación de amor personal con cada uno de nosotros y con los demás.
Teresa habla de “determinarse”, o sea, tomar
una firme decisión. El camino de la oración no es posible sin esa decisión
clara de desear y anhelar el poder entrar en la dinámica de la oración: “es seguir
el camino de la oración con Aquel que tanto nos ha amado”.
Así el camino será responder con amor al Amor
que Dios nos tiene. Y servir a Dios en este Amor nos sitúa en una importante
armonía: el “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como uno mismo”. Y
de esta forma no se da el conflicto de acción-contemplación, sino que nos
reconcilia en la doble dimensión del nuevo actuar en cristiano:
oración-contemplación del Amado que nos lleva a la acción del amor al hermano.
¿Qué es el orante? Es el servidor del Amor,
que nos lleva a conocer y buscar el poder compartir este Amor vivificante con
los demás.
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