Ésta es una de las facetas más conocidas de esta gran mujer. Teresa de Jesús tuvo una enorme capacidad de relación, era mujer afable, conversadora, entrañable, amiga… Mantuvo relaciones duraderas con grandes personajes de la sociedad de su época, con hombres eruditos de Iglesia, con arrieros, albañiles, posaderos… y por supuesto, con sus hermanas.
Vamos a escuchar una vez más su palabra, que es más elocuente que todo lo que podamos decir de ella:
“Gran mal es un alma sola entre tantos peligros. Paréceme a mí que si yo tuviera con quién tratar todo esto, que me ayudara a no tornar a caer. Por eso, aconsejaría yo a los que tienen oración, en especial al principio, procuren amistad y trato con otras personas que traten de lo mismo. Es cosa importantísima aunque no sea sino ayudarse unos a otros con sus oraciones, ¡cuánto más que hay muchas más ganancias!… (V. 7, 20)
“Porque andan ya las cosas del servicio de Dios tan flacas, que es menester hacerse espaldas unos a otros los que le sirven para ir adelante, según se tiene por bueno andar en las vanidades y contentos del mundo. Y para estos hay pocos ojos; y si uno comienza a darse a Dios, hay tantos que murmuren, que es menester buscar compañía para defenderse, hasta que ya estén fuertes en no les pesar de padecer; y si no, veránse en mucho aprieto. Crece la caridad con ser comunicada, y hay mil bienes que no los osaría decir, si no tuviese gran experiencia de lo mucho que va en esto”. (V. 7, 22)
¿También nosotros tenemos experiencia del gran bien que es tratar con otras personas de aquello que es lo más importante en nuestra vida? ¿O de qué hablamos nosotros habitualmente con los demás? ¿Por qué no probamos a mantener conversaciones un poco más profundas, un poco más desde el corazón? ¿Por qué no nos arriesgamos a expresar nuestros sentimientos, a mostrarnos ante los demás tal y como somos? Nos daremos cuenta de que todos somos muy parecidos, tenemos los mismos deseos, sufrimos las mismas penas, anhelamos las mismas cosas, y estamos necesitados de relacionarnos con los demás desde lo más profundo de nuestro interior.
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