Motivo

A los 500 años de su nacimiento, Santa Teresa de Avila nos sigue enseñando como Maestra Espiritual a los creyentes de hoy

viernes, 29 de mayo de 2015

- la unión íntima con Dios

la gracia de la unión íntima con Dios (o el cuarto grado de la oración teresiana):

  Se puede comparar con el campesino que ante las lluvias de primavera puede descansar y gozar porqué sabe que todo lo hace Dios. Y para Santa Teresa, aunque sólo se trate de algunos momentos de tener "una unión íntima con Dios", esto es, de "ser uno con el Padre como Jesús", lo que ya merece todo el gozo del alma. Por eso el centro de este grado de oración, como lo será de las últimas moradas del castillo interior, es una unión íntima con Dios; sentirlo y gozarlo por puro don de Dios, es un regalo el poder vivir momentos de una felicidad inmensa.
  En el tercer grado de oración no todas las potencias del alma estaban "juntas"; podían estar dispersas la imaginación o memoria, mientras la voluntad siguiera unida a Dios. Pues bien, ahora se da una unión tan íntima que "ya se ocupan todos los sentidos en este gozo, de manera que no queda ninguno desocupado para ocuparse en otra cosa ni exterior ni interiormente". Y Santa Teresa intenta explicar esta presencia de Dios al orante diciendo: "el cómo es ésta que llaman unión y lo que és, yo no lo sé dar a entender". Todo es pura contemplación mística.

 Los efectos de esta oración que producen en el alma
Porqué, ¿de qué serviría este estado místico si no lleva al cambio interior, a la vida nueva, a ese nacer de nuevo de que habla Jesús a Nicodemo?. nos podemos preguntar:
 El primer efecto que produce en la persona que lo vive como gracia de Dios esla humildad, al reconocer la gratuidad de este regalo que le hace Dios. Dice la Santa: "Va tan fuera la vanagloria que no le parece la podría tener por que al alma le cerraron la puerta a todos los sentidos para que más pudiese gozar del Señor y quedarse sola con El, y ¿ qué ha de hacer sino amarle?"
 Otro de los efectos mas apreciados por Santa Teresa es el de "aprovechar al prójimo", o sea, el ayudar a otros a encontrarse con el don de la oración y hacer mejor servicio a los demás, esto es, la caridad que crece y se comunica. Y la persona que llega a este estado pasa por encima de las murmuraciones y no responde a ellas con enojo o con disculpas, porqué siempre se siente pobre, no busca el prestigio ni la fama, sino sólo la voluntad de Dios y el"contemplarle a El".

 Otro efecto es aquel de tanta intensidad mística que podemos llamar "el deseo de ver a Dios cara a cara". San Pablo o Moisés lo experimentaron también y ello produce un efecto de pena y gozo grandes: gozo de la presencia intuida de Dios y dolor por su ausencia en esta vida. Es el "vivo sin vivir en mi, y tan alta vida espero, que muero porque no muero". Pero es precisamente de esta experiencia fuente de gozo y dolor mezclados como experiencia profunda de amor y de unión con Dios de donde sucederían los efectos mas enriquecedores de la persona, unificándola y haciéndola dueña de sí misma con una libertad interior que es también fruto de la unión con Dios. 

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